PRESENTACIÓN

Beling decía que «el derecho penal no le toca un pelo al delincuente» (ya que, sin proceso penal, aquel no se ejecuta); tiempo después, Zaffaroni replicaba: «el derecho procesal penal, sin el derecho penal, se la pasaría peinando largas cabelleras». Este diálogo, en tiempos distintos nos muestra, de modo palmario, la inextricable relación del derecho penal sustantivo con el adjetivo. En rigor, en las estructuras del proceso penal, reposa el ius puniendi, su virtualidad y proyección. Por ello, consideramos necesario —a través del recurso de mapas mentales, diagramas, esquemas— explicar el digesto procesal penal de corte acusatorio.

Así, el Decreto Legislativo N.° 957 introduce el sistema de enjuiciamiento criminal acusatorio al ordenamiento jurídico procesal penal patrio. Este sistema se caracteriza por la separación de funciones de investigación, acusación, juzgamiento y decisión. Delimita los roles del juez, fiscal y defensor. Reconoce al proceso penal como limitado por garantías y principios constitucionales y convencionales. El proceso penal, pues, como una limitación al ius puniendi del Estado.

Debido al entramado de disposiciones que entraña, resulta muchas veces asaz complicado conocer su contenido. Por ello, es que resulta útil para conocerlo la exégesis del Código, vale decir, el comentario de artículo por artículo. Del mismo modo, resulta ilustrativo el conocimiento del contenido del estatuto procesal penal; a través de mapas conceptuales, diagramas, esquemas, que develen una explicación clara y ordenada de los procesos penales, común y especial, que regula el Código Procesal Penal de 2004.

Como bien decía Newton: «lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano». Espero, muy sentidamente, que esta obra de divulgación —que pretende acendrar las instituciones, a veces abstrusas del nuevo proceso penal— sea de utilidad para todos los operadores del sistema penal.